viernes, 15 de marzo de 2013

"Relatos de Oriente Medio" de Yorgos Filipu Pieridis.

Hace poco que comentábamos en ΔΙΔΑΣΚΑΛΟΣ la trilogía de Stratís Tsircas Ciudades a la deriva, que recrea las intrigas y los enfrentamientos en el seno de las Fuerzas Armadas Griegas de Oriente Medio durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy nos ocupamos de una novela que trata de esos mismos acontecimientos, Relatos de Oriente Medio (Διηγήματα από την Μέση Ανατολή) de Yorgos Filipu Pieridis, publicada en español por la editorial malagueña Miguel Gómez Ediciones. La traducción y la introducción histórico-literaria que la acompaña corren a cargo de Eva Latorre Broto, que también tradujo en esta editorial otra novela de Pieridis, Los algodoneros.


Yorgos Filipu Pieridis (1904-1999) nació en Chipre, pero su familia emigró a Egipto siendo él un niño y allí viviría hasta 1946. La próspera y tranquila vida de la comunidad griega de Egipto, a la que pertenecía Pieridis, se vio alterada con la ocupación de Grecia por los alemanes, la consiguiente llegada de tropas y refugiados griegos y el establecimiento en El Cairo del gobierno en el exilio. Pieridis colaboró con la Liga Griega de Liberación, fundada con el propósito de contribuir desde Egipto a la liberación de Grecia. Participó también en las manifestaciones de apoyo a los soldados griegos implicados en la revuelta de abril del 44 y llegó a estar detenido durante algunos días. La impotencia y la indignación ante el desarrollo de estos sucesos le llevaron a escribir en 1949 Relatos de Oriente Medio, según confiesa en el prólogo de la segunda edición:
Estos relatos se ubican cronológicamente en el periodo 1942-1944, cuando la vida del helenismo egipcio se encontraba conmocionada por el drama de la ocupación germano-italiana de Grecia; por los planes y las intrigas de la política inglesa que tenían como objetivo restaurar en Grecia después de la liberación, intacta, la situación anterior a la guerra; por el gobierno monárquico griego en el exilio, instigador de estas intrigas; por los dramáticos acontecimientos que desembocaron en la disolución de las Fuerzas Armadas Griegas del Oriente Medio; por el drama de veinte mil jóvenes que se pusieron en marcha con la decisión de luchar por la liberación de su patria y por el establecimiento de un sistema democrático para terminar incomunicados en acuartelamientos ingleses en lo más profundo de África.
Soldados griegos en un campo de internamiento

Los protagonistas de la novela son los soldados del ejército griego en el exilio, de diferentes orígenes y extracciones sociales, confinados en cuarteles alejados del frente, sometidos a una desesperante inactividad y represaliados por oponerse a una oficialidad promovida por los sectores monárquicos y metaxistas, colaboradora con los intereses británicos. No nos encontramos ante una novela lineal, con un argumento y un protagonista definidos, sino ante una sucesión de escenas que presentan distintas facetas del drama de estos soldados. La mayoría de los capítulos se desarrolla en los cuarteles o en los campos de internamiento, donde conviven personalidades tan dispares como el reflexivo Grigoris, el pendenciero Arguiris, el indeciso Andreas, el sencillo Panayotis o el desafortunado Yanacos. En una ocasión asistimos a una rebelión dentro del acuartelamiento, en otra a un interminable traslado en ferrocarril. Aparece reflejada también la vida fuera del ejército: la madre, la novia o el amigo que reciben con inquietud noticias de los seres queridos; o el soldado que consigue escapar del campo en el que está confinado para pasar a la clandestinidad.
Cada capítulo de la novela es como un brochazo en un cuadro impresionista. Parece que se trate de relatos independientes, como podría sugerir el título de la novela. Da la impresión de que la historia progresa a tirones, sin un hilo argumental claro, cambiando continuamente de escenario, enfoque y protagonista. Sin embargo, a medida que se va avanzando en la lectura, igual que cuando uno se aleja del cuadro, se capta la visión de conjunto. Con unas breves pinceladas Pieridis ha conseguido transmitir las emociones humanas y hacernos partícipes del drama de sus protagonistas. Ese era el objetivo de la obra, según confiesa el autor en el prólogo antes citado:
Mi objetivo aquí, como en mis anteriores trabajos literarios, ha sido ver dentro de la confusión de los acontecimientos, con comprensión y compasión, el drama del hombre, de cada hombre, e intentar expresarlo con  la mejor forma literaria que me fuera posible.
Yorgos Filipu Pieridis

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