DIDASKALOS

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viernes, 8 de julio de 2016

¿Quién es Glafcos Zrasakis?


Sobre Zrasakis nos dice la Encyclopédie Universalis que es «el seudónimo literario de Lázaro Lazaridis, un escritor griego que pasó gran parte de su vida lejos de su patria a causa de una epidemia de cólera y de la sentencia de un tribunal militar, que le condenó en rebeldía según la ley 509/1947, por contrabando de antigüedades ("extracción de una parte del conjunto del territorio nacional"). Publicó pocas obras en vida. La mayor parte de ellas permanecieron inéditas y en cierto momento se las confió a la biblioteca de una importante universidad estadounidense, donde tenía la intención de trasladarse como escritor residente -writer in residence- y trabajar sobre ellas con calma. Pero este hermoso sueño no se cumplió nunca, porque antes, por una inconcebible complicación del azar, se lo comieron los caníbales de Nueva Guinea -que después se hicieron vegetarianos-, más o menos en la misma época en que devoraron al hijo de Rockefeller. La entrega de los manuscritos a la universidad en cuestión se realizó con una condición: que no se abrieran, en caso de accidente, hasta veinticinco años después de su muerte, es decir hasta el año 2003».
Esta breve nota biográfica incluida en la introducción contiene el embrión de Lo poco que sé de Glafcos Zrasakis (Γλαύκος Θρασάκης), novela del autor griego Vasilis Vasilicós, publicada en español por la editorial asturiana Hoja de Lata en una cuidada traducción de Ángel Pérez González.


Nos encontramos ante una obra de difícil clasificación. Tiene la forma de una biografía novelada, pero al tratarse de un personaje ficticio podríamos hablar más bien de una novela biografiada. El personaje de Glafcos Zrasakis comparte protagonismo con el narrador de la historia, un anónimo investigador que llega a obsesionarse tanto con el objeto de su investigación que duda de su propia identidad y termina por sospechar que el propio Zrasakis no es más que un producto de su imaginación. La trama de la novela es doble, ya que la peripecia vital de Zrasakis, involucrado a su pesar en un turbio asunto de espionaje, se va desvelando en paralelo a las pesquisas del narrador de la historia. Para complicar más este juego de espejos que es la novela, hay que entender la figura de Zrasakis como alter ego del autor, Vasilis Vasilikós, que también sufrió el exilio por sus ideas políticas en la época de la dictadura de los coroneles.

Vasilis Vasilikós
 En la nota a la edición española Vasilikós se confiesa ferviente admirador de Cervantes y efectivamente se pueden encontrar en su novela ecos de la técnica narrativa del autor del Quijote. Así, la inclusión de algunos relatos del propio Zrasakis en el curso de la historia nos remite a las abundantes digresiones narrativas de la primera parte del Quijote. Por otro lado, Vasilikós retoma el juego cervantino del autor fingido: Glafcos Zrasakis sería una especie de Cide Hamete Benengeli, que acaba por robar el protagonismo a su propia obra y a sus personajes, que sólo son citados y comentados de manera parcial por el narrador como testimonio indirecto de la personalidad de Zrasakis.
 
Lo poco que sé de Glafcos Zrasakis no es una novela unitaria, sino lo que Vasilikós califica como un work in progress. A partir de 1974 se publicaron tres novelas sobre el mismo personaje, que posteriormente fueron refundidas en un sólo volumen. En sucesivas reediciones y versiones en distintas lenguas Vasilikós ha ido retocando y reelaborando el material hasta llegar a esta edición española de 2014, que el autor considera la versión definitiva.

Hay que reconocer que la unidad de la novela se resiente como consecuencia de este dilatado período de composición, pero por otro lado le añade riqueza de matices y giros inesperados a la trama. Nos encontramos en definitiva ante un curioso juego narrativo que combina una historia de espías un tanto disparatada, ambientada en plena guerra fría, con una reflexión sobre el exilio y la actividad literaria.

Portada de la segunda edició griega