DIDASKALOS

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domingo, 15 de octubre de 2017

Cuatro estaciones de Costas Mavrudís

Costas Mavrudís (Tinos 1948) es una de las voces más personales de la poesía griega contemporánea. Aparte de traducciones ocasionales de sus poemas en revistas literarias, dos de sus poemarios han sido publicados completos en edición bilingüe griego-español. El préstamo del tiempo (Το δάνειο του χρόνου) fue editado en 2001 por Miguel Gómez Ediciones. Hoy comentamos Cuatro estaciones (Τέσσερις εποχές), publicado por Pre-textos en 2014. Ambos libros han sido vertidos al español por Vicente Fernández González, todo un referente en la traducción de poesía griega, galardonado en dos ocasiones con el Premio Nacional de Traducción. La editorial asturiana Hoja de Lata acaba de editar además una colección de relatos del autor, La inmortalidad de los perros.


Cuatro estaciones está compuesto por catorce poemas que remiten a sendos recuerdos del autor relacionados con alguna de las estaciones del año. Los poemas no siguen, sin embargo, una secuencia cronológica ni están agrupados por estaciones, sino que responden al orden caprichoso de la memoria del poeta. Todos ellos hacen referencia a uno de los temas favoritos de Mavrudís: el tiempo, su lento e inexorable curso, y la obsesión por restituir el pasado y fijarlo en el poema. Un pasado que se muestra, no obstante, inasible, con lagunas que escapan al control del poeta.
Conocemos los hechos pasados, sí, pero ellos se muestran inescrutables (hay algo "en su lugar"), si quieres, la silueta de tiza en el asfalto donde cayó el cuerpo.
Ενώ λοιπόν γνωρίζουμε τα παλιά γεγονότα, εκείνα δείχνουν ανεξιχνίαστα (υπάρχει κάτι "αντ' αυτών"), μπορείς να πεις περίγραμμα της κιμωλίας στην άσφαλτο, εκεί όπυ έπεσε το σώμα.
A pesar de esa imposibilidad de volver realmente al pasado, el poeta se esfuerza por reconstruir minuciosamente sus recuerdos. Todos los sentidos están alerta para registrar hasta el más mínimo detalle: el aroma del alcohol y el eucalipto en la habitación del enfermo, el tintineo de una moneda al caer en una cabina telefónica, el tacto del pomo de porcelana de una puerta, la temperatura que marca el termómetro luminoso de una farmacia...

Costas Mavrudís

Según revela Vicente Fernández González en el prólogo de esta edición, Mavrudís es un coleccionista que acude los fines de semana a los rastros de Atenas y El Pireo en busca de objetos antiguos, objetos como los que aparecen en estos poemas y hacen despertar el recuerdo: viejas herramientas de un taller de zapatero, una edición de Madame Bovary anotada por el padre del poeta, postales y fotografías antiguas. Otras veces una llamada inesperada de teléfono, una consulta en una enciclopedia sobre el personaje que da nombre a una calle, o el olor que desprende la madera de un lápiz al ser afilado es el detonante que activa los mecanismos del recuerdo.

         Inesperadamente se presentó
         el ectoplasma del aula grande,
         el edificio y el cielo hundido antes de la lluvia.
         Afilaba yo primorosamente un lápiz
         embargado por su aroma de Bohemia.
         El maestro (gabardina beis inglesa
         hasta los zapatos) miraba la ventana.
         "¡Viene tormenta!", dijo.

         Αιφνιδιαστικά εμφανίστηκε
         το εκτόπλασμα της μεγάλης μας τάξης,
         το κτίριο κι ο χαμηλός ουρανός πριν τη βροχή.
         Έξυνα περίτεχνα ένα μολύβι
         έμπλεος στο βοημικό του άρωμα.
         Ο δάσκαλος (μπεζ αγγλική καμπαρντίνα
         ως τα παπούτσια) κοίταξε το παράθυρο.
         "Έρχεται καταιγίδα!", είπε.

Las paradojas del tiempo, la relatividad de lo que es pasado, presente y futuro es un tema recurrente. Por ejemplo en una Nochevieja en París, cuando un viandante a las tres de la madrugada le espeta al narrador del poema: "¡1977! Este año una vez fue futuro". O en otra de las piezas del libro, ambientada en una decadente ciudad balneario, metáfora del inexorable transcurrir del tiempo.

         Ciudades de la tercera edad con baños termales,
         seres que circulan
         procurándose una prórroga.
         Contemplan las barcas que parten
         sin sospechar la evidente metáfora.
         En sus dormitorios han vivido otros
         y, como ocurre en los hoteles y en la vida,
         siempre eres el siguiente y al mismo tiempo el anterior.

         Πόλεις της τρίτης ηλικίας με θερμά λουτρά,
         υπάρξεις που κυκλοφορόυν
         εξασφαλίζοντας παράταση.
         Κοιτάζουν τα πλοιάρια που αναχωρούν
         χωρίς να υποψιάζονται την προφανή μεταφορά.
         Στα υπνοδωμάτιά τους έχουν κατοικήσει άλλοι
         και, όπως συμβαίνει στα ξενοδοχεία και στη ζωή,
         πάντοτε είσαι ο επόμενος ενώ συγχρόνως προηγείσαι.

Son variados los escenarios en los que se desarrollan los poemas. Los recuerdos de infancia se suponen ambientados en la isla natal del poeta, pero otros se sitúan en París, Salzburgo, Lutraki o Badalona. El autor establece una especie de juego con el lector, al que interpela en varias ocasiones queriendo hacerle partícipe de sus recuerdos, pero sin revelar del todo cuánto hay de real y de ficticio en ellos. Y es que a veces lo fingido forma parte también del recuerdo, como ocurre con ese desconocido, tumbado plácidamente al sol en la playa de Badalona, al que el autor imagina en una noche de insomnio camino de la cocina, pasando ante la habitación de su hijo. El desconocido, sin saberlo, con la complicidad del lector, ha quedado cautivo en el poema, se ha instalado ya en el tiempo.
En ocasiones el poema parte de una fotografía, una imagen fija sobre la que Mavrudís proyecta el recuerdo, pero también su imaginación, para contar lo que pudieron hacer o sentir los personajes que allí aparecen. Es esta una de las potencialidades de la poesía, que instituye relatos en un lugar sin acontecimientos.


Desde el punto de vista formal Mavrudís adapta el poema a los cambios de ritmo narrativos. En una misma pieza se pueden alternar extensos pasajes de prosa poética, versos de extensión normal y versos mínimos, de una sola palabra o una sílaba. Es entonces cuando la cadencia del poema se reduce para marcar un momento especial y la percepción se agudiza para captar un detalle ínfimo. Como las partículas de polvo de tiza que caen despacio, de forma casi imperceptible, sobre los zapatos del maestro.

          el maestro con dedos blancos
          dibujaba en la pizarra una consonante
          se volvía miraba a la clase
          mientras
          in-
          grá-
          vi-
          da
          como
          polvo
          de
          e-
          ter-
          ni-
          dad
          ca-
          í-
          a
          len-
          ta-
          men-
          te
          la
          ti-
          za
          en
          sus
          za-
          pa-
          tos 

          ο δάσκαλος με άσπρα δάχτυλα
          ζωγράφιζε στον πίνακα ένα σύμφωνο
          γύριζε έβλεπε στην τάξη
          ενώ
          α-
          βα-
          ρής
          σαν
          σκόνη
          αι-
          ω-
          νιό-
          τη-
          τας
          έ-
          πε-
          φτε
          αρ-
          γά
          η
          κι-
          μω-
          λία
          στα
          πα-
          πού-
          τσια
          του

Utilización de la forma en ayuda del concepto, a modo de caligrama, y obsesión por el tiempo, imposible de manejar por mucho que el poeta se esfuerce por volver atrás y se resista a poner un punto final a sus poemas

          Nadie encuentra de nuevo 
          su lugar de antes.
          (...)
          En el helado Salzburgo o cualquier otra parte,
          sea o no Navidad
          todo
          al
          futuro
          avanza.
          En 
          una 
          dirección
          caminamos,
          (...)
          en el
          mismo 
          sentido
          vamos
          todos

          Κανέις δεν ξαναβρίσκει
          την παλιά του θέση.
          (...)
          Στο παγωμένο Ζάλτσμπουργκ ή αλλού,
          Χριστούγεννα ή όχι,
          όλα
          στο
          μέλλον
          προχωρούν.
          Σε
          μια
          κατεύθυνση
          βαδίζουμε,
          (...)
          στην 
          ίδια
          ευθεία
          όλοι
          πάμε
 
Salzburgo

sábado, 7 de octubre de 2017