A los profesores de clásicas nos gusta encontrar productos, comercios o empresas que tomen su nombre de algún elemento de la Antigüedad grecolatina. Tomelloso, a pesar de hallarse en una comarca en la que lo más habitual es recurrir a términos quijotescos, ofrece varios ejemplos de establecimientos con nombres inspirados en referentes clásicos. En entradas anteriores de ΔΙΔΑΣΚΑΛΟΣ hemos hablado ya de ellos (aquí, aquí y aquí). Algunos han desaparecido, la mayoría se mantienen y otros nuevos han abierto sus puertas. Hoy ampliamos la lista con dos bares, un restaurante y una perfumería.
En una localidad que destaca por el volumen y, cada vez más, por la calidad de su producción de vino no es de extrañar que haya dos bares cuyos nombres provienen respectivamente de la palabra griega para designar esta bebida (οἶνος), y del nombre que dieron los romanos al campo donde se cultivan las vides (vinea).
En la misma línea un restaurante especializado en la elaboración de arroz ha escogido como nombre el término griego y latino del producto estrella de su carta.
Pero lo más llamativo ha sido toparse hace unos meses, en uno de los cruces más concurridos de las calles comerciales de Tomelloso, con el flamante cartel luminoso de una nueva perfumería. En él se puede leer una expresión latina que significa y para la eternidad, eso sí con una lamentable e incomprensible errata.
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