Dánae
Dánae era la hija de Acrisio, rey de Argos. Una profecía había vaticinado que el hijo de Dánae mataría a su abuelo, así que Acrisio decidió encerrar a su hija para evitar que se cumpliera el oráculo. Pero Zeus, prendado de la belleza de Dánae, se transformó en lluvia de oro y se coló por las rendijas del techo para fecundar a Dánae. De esta unión nacería el héroe Perseo, que, pasado el tiempo, mataría a su abuelo por accidente.
Dánae era la hija de Acrisio, rey de Argos. Una profecía había vaticinado que el hijo de Dánae mataría a su abuelo, así que Acrisio decidió encerrar a su hija para evitar que se cumpliera el oráculo. Pero Zeus, prendado de la belleza de Dánae, se transformó en lluvia de oro y se coló por las rendijas del techo para fecundar a Dánae. De esta unión nacería el héroe Perseo, que, pasado el tiempo, mataría a su abuelo por accidente.
Desde la Antigüedad el mito de Dánae ha sido representado en numerosas ocasiones, como podemos comprobar en esta crátera de figuras rojas.
Este otro cuadro del siglo XVI representa la misma escena.
En el Museo del Prado se conserva esta otra versión del mito de Dánae pintada por Tiziano.
Ya en el siglo XX el pintor austriaco Gustav Klimt realizó esta sensual visión del mito de Dánae.
Io
Io fue otra mortal de la que se enamoró Zeus. Hera, la esposa de Zeus, sospechaba que su marido le estaba siendo infiel y estuvo a punto de sorprenderlo. Para evitarlo, justo antes de que apareciese Hera, Zeus transformó a Io en vaca. En el siguiente cuadro se puede comtemplar a Hera, que aparece de repente, y a Zeus junto a Io recién convertida en vaca.
Hera seguía sospechando de Zeus y encargó a su servidor Argos, que tenía cien ojos por todo el cuerpo, que vigilara a la vaca día y noche. Aunque estuviera dormido, Argos siempre mantenía algún ojo abierto. Finalmente Zeus decidió enviar a su hijo Hermes, el mensajero de los dioses, para que tocando su flauta durmiera completamente a Argos y lo matara. A continuación presentamos varias visiones de esta escena.
Mercurio y Argos. Rubens
Hera, agradecida por los servicios que le había prestado Argos, decidió fijar sus ojos en la cola de su animal predilecto, el pavo real.
Ganimedes
Ganimedes era un joven príncipe troyano que cuidaba los rebaños de su padre en las montañas cercanas a Troya. Zeus se sintió atraído por su belleza y lo raptó para llevárselo al Olimpo.
LAS PINTURAS EXCELENTES .
ResponderEliminarZEUS ERA UN SEXOPATA OBVIO.
No sólo era muy aficionado al sexo, sino que también sentía predilección por los disfraces e incluso el travestismo. En otra de sus aventuras amorosas, que no hemos comentado aquí, tomó la apariencia de la diosa Ártemis para seducir a la ninfa Calisto.
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