Nikos Dimou (Atenas 1935) es un polifacético escritor, periodista y publicista griego, autor de novelas, ensayos y libros de poesía, columnista habitual de diversos medios, y pionero en la televisión griega de los programas de debate y entrevistas. Una de sus obras más conocidas es La desgracia de ser griego (Η δυστυχία του να είσαι Έλληνας), libro compuesto en los últimos años de la dictadura de los coroneles y publicado en 1975. Pasados casi cuarenta años desde su primera edición, la obra de Dimou ha sido reeditada en 2012 y traducida a varias lenguas, coincidiendo con el momento más duro de la crisis griega. En España lo ha publicado la editorial Anagrama con traducción de Vicente Fernández González.
Portada de la primera edición griega. |
La desgracia de ser griego es una colección de 193 aforismos, una serie de breves reflexiones encadenadas, con las que Dimou va desgranando su particular visión de las virtudes y, sobre todo, los defectos de los griegos. Personalmente siempre he desconfiado de los intentos de generalización a la hora de definir a un pueblo. Creo que es una simplificación afirmar que los gallegos, catalanes, madrileños, franceses, alemanes o griegos son de una determinada manera por el mero hecho de haber nacido dentro de unos límites geográficos. No obstante, el libro de Dimou contiene certeras afirmaciones, aunque a veces caiga en la exageración, uno de los defectos que el autor atribuye a sus compatriotas.
Nikos Dimou |
Empieza Dimou definiendo la desgracia como la distancia entre deseo y realidad y continúa afirmando que el pueblo griego es especialmente desgraciado.
La tesis de este libro es que los griegos de hoy, por su historia, herencia y carácter, presentan mayor brecha entre deseo y realidad que el común de los mortales.
La exageración no es sólo un defecto nacional. Es una manera de vivir de los griegos. Es la resultante de su carácter nacional. Es la causa fundamental de su desgracia, pero también su mayor gloria. Pues, en la autoconciencia, la exageración se llama pundonor. En el comportamiento, la exageración se llama gallardía.
En las raíces de la desgracia griega, se encuentran los dos Complejos Nacionales de Inferioridad. Uno en el tiempo, con respecto a los ancestros. El otro en el espacio, con respecto a los "europeos". Complejos probablemente injustificados, pero no por ello menos reales.
Cualquier pueblo que descendiera de los antiguos griegos sería automáticamente desgraciado. A menos que pudiera olvidarlos, o superarlos.
Cuando los griegos hablan de "Europa", excluyen automáticamente a Grecia. Cuando los extranjeros hablan de Europa, no concebimos que puedan no incluir a Grecia.
Finalmente, ¿quiénes somos? ¿Los europeos de Oriente o los orientales de Europa? ¿Los desarrollados del Sur, o los subdesarrollados del Norte? ¿Los desdendientes (directos) de los aqueos, o la confusión de Babel?
La educación griega: mecanismo de transmisión masiva y forzada de conocimientos, manejado por profesores ignorantes, incultos y mal pagados.
El último siglo la Iglesia griega ha servido -con fidelidad y devoción- a muchos señores. Excepto al Único.
La explotación de la mujer por el hombre tiene como consecuencia natural el engaño del hombre por parte de la mujer.
Intelectual es la persona que intenta (por lo general en vano) llevar sus ideas a la práctica. Intelectual en Grecia es la persona que intenta encontrar ideas para para justificar sus prácticas.
Mientras que la mitad de los griegos intentan transformar Grecia en un país extranjero, la otra mitad emigra.
En nuestro fuero interno estamos convencidos de que no somos dignos de vivir en una tierra tan hermosa. E intentamos reducirla a "nuestra medida". A nuestro nivel. Y acabamos cubriéndola de cemento y basura.
Pongo a Dios por testigo: nada he amado más que a esta tierra.
"Es una gran suerte nacer griego y una gran suerte morir griego. Lo de en medio, sin embargo es una gran desgracia" Viñeta de Arcás. |